Religaciones




Primera Parte (169 kb)


Segunda Parte (293 kb)

Si no tiene instalado el programa Adobe Acrobat Reader que le permite ver e imprimir archivos en formato PDF, puede obtenerlo gratuitamente en www.adobe.es
Este libro no es otra cosa que un testimonio personal. Es seguro que los más de quienes puedan llegar a leerlo se van a sorprender, si saben algo de mi trayectoria, al verme tratar los temas que aquí aparecen. Ya los expuse, sin embargo, en “El libro de Eis” (l985), bajo forma poética; pero es sabido que el lenguaje de la poesía no siempre parece lo bastante directo o transparente.

Estos asuntos son, no obstante, los que ocuparon la mayor parte de mis días; incomparablemente más espacio, por cierto, que mis trabajos literarios. Tendría que hablar de largas y laboriosas décadas de haber vivido centrado en estos temas, aunque sin darlos a conocer. Es –debo admitirlo– como si me hubiera pasado ocultando deliberadamente la faceta principal de mi persona; no sé si por un pudor algo patológico o porque no había acabado de darle coherencia completa a la visión del mundo que aspiraba a elaborar.

Leyendo “Religaciones”, saltará a la vista enseguida que no soy un vocacional del pensamiento, ni de la filosofía, y muchísimo menos de cuestiones teológicas. Pero no tuve más remedio que empezar a construirme desde muy joven una cosmovisión a mi medida, para poder darme respuestas y rumbos de fondo; y ello porque no encontré jamás ninguna que me conformara. El adolescente que entonces era, tenía que salir a vivir, de modo que no me quedó otro camino que... inventarme una cosmovisión entera para mi uso exclusivo! Hoy me hace sonreír la cándida radicalidad, la ingenuidad monumental de aquellos días. Pero el primer sorprendido fui yo mismo, el día que comprobé, mucho tiempo después, que aquella visión plagada de delirios e inocencias me empezaba a aportar, no obstante, claridades muy necesitadas, y me ayudaba a transitar por parajes interiores que me fueron abriendo a revelaciones y descubrimientos de insospechada fertilidad.

Por cierto que con este libro no pretendo ni por asomo inclinar a nadie hacia mis puntos de vista. Lo publico, en todo caso, pensando que a lo mejor alguien podría beneficiarse con las búsquedas y planteos que aquí aparecen, ahorrándose caminos que yo en cambio tuve que desbrozar por mis propios, precarios medios. Pero también me pregunté si no valía la pena que alguna vez, aunque fuera tardía, al menos mi gente más cercana tuviera noticia fidedigna de cuál ha sido el centro que me he dado, el que preside desde hace tiempo mis pensamientos y mis actos, aunque recién hoy lo saque a luz.